El 8 de marzo de 2020 inauguramos en el Paseo de San Gregorio una exposición de fotografía realizada desde Izquierda Unida Puertollano con el apoyo de Juventudes Socialistas y del grupo feminista local Harticas.

Portada de la exposición
Cuadro 1 de la exposición
Cuadro 2 de la exposición

Este proyecto ha sido posible gracias al trabajo en equipo junto a mis compañeras del Área de la Mujer de Izquierda Unida: Iria Rubio y la concejal de Discapacidad, Integración y Cooperación Natalia Fernández.

Nunca había hecho un proyecto así antes. Y estoy feliz y orgulloso de que lo hayamos sacado adelante porque es una demostración de cómo se puede lograr un impacto social positivo gracias a la comunicación.

Incluso -con el permiso de fotógrafos especializados y profesionales- creo que es una demostración de cómo el arte, en este caso de la fotografía, puede lograr lo siguiente:

Que las personas de una comunidad interactúen entre sí.

que reflexionen sobre un problema común y conversen sobre ello.

Y que encuentren un camino colectivo para solucionar ese problema.

Mujeres invisibles haciendo trabajos invisibles (y sus consecuencias)

El objetivo era visibilizar el trabajo de cuidados.

Los cuidados son todo ese conjunto de actividades que hacen posible la vida.

Sería imposible que la economía funcione sin el trabajo de cuidados.

Un trabajo que tradicionalmente han desempeñado las mujeres

Se trata de lavar la ropa, plancharla, fregar y barrer el suelo. De preparar la comida, cuidar de las personas más vulnerables del hogar…

En fin, todo ese trabajo que hace posible que podamos vivir. 

Sí, vivir.

Porque si nadie prepara la comida, o va a comprarla al mercado… ¿qué comemos?

Alguien podría responder que ahora existen aplicaciones que te permiten pedir comida a domicilio. Y llega una persona en bicicleta a tu casa y te la da para que puedas comer.

Eso también es un trabajo relacionado con los cuidados. Y una mala organización y reparto del mismo provoca que se genere una situación de explotación e injusticia.

Y la mujer que se dedica a que todas las personas del hogar estén bien cuidadas también trabaja. 

Pero es un trabajo que durante años no se ha reconocido. No se le ha pagado un sueldo y, en muchísimos casos, no se ha valorado.

Como si tender la ropa o tejer fueran tareas que están destinadas a unas personas u otras en función de su género.

De esta reflexión nace esta exposición fotográfica: Mujer Invisible.

Portada de la exposición

La fotografía de la portada corresponde con un fotograma del vídeo que hice el año pasado sobre la manifestación del 8M de 2019 en Ciudad Real. El primer vídeo de los 90 que hice en los tres meses que trabajé como responsable de comunicación de Izquierda Unida en la provincia de Ciudad Real.

El resto de fotografías sí fueron hechas ad hoc para la exposición. La portada nos permitía enmarcar esta actividad dentro de los actos conmemorativos del 8M de 2020.

Unas fotografías muestran a mujeres en pleno desempeño del trabajo de cuidados.

Acorralada
Cuando las tareas del día no se acaban nunca.

Cuando tengo que recordar cada cosa que hace falta en la casa.

Cuando tengo que cuidar de quienes dependen de mí,
asegurándome de que nunca les falte de nada...
para que sientan que siempre estoy ahí cuando me necesiten.

Cuando tengo que compaginar todo eso con el trabajo...
o con la búsqueda de empleo.

Cuando todo eso se junta, me siento acorralada.
La recompensa
Son las 20h de la tarde.

Voy a preparar la comida de mañana para ganar unas horas.

En esta situación es difícil hablar con mis hijos sobre los peligros del uso y del abuso del plástico para nosotros y para el planeta.

Estoy rodeada de envases de comida envuelta en plástico y, aunque me gustaría disponer de más tiempo para consumir productos más saludables, siempre voy a contra reloj.

Mañana tengo 20 minutos para comer y tengo que volver a la carga.

Tengo que recurrir a alimentos rápidos adaptados a una vida acelerada en la que encontrar tiempo para comer en casa, con mi familia, es una verdadera recompensa.
Cuesta arriba
Cuando lo cotidiano se hace difícil, cualquier actividad se convierte en un constante camino cuesta arriba.

Un simple paseo te recuerda que la fatiga siempre está presente limitando tu vida cotidiana.

Las mujeres que tenemos enfermedades invisibles tenemos que sufrir en muchas ocasiones la incomprensión por parte de quiénes nos rodean.

Esa falta de empatía provoca que el sufrimiento sea peor.

Por eso, las personas que padecemos estas dolencias demandamos más inversión en investigación a los gobiernos.

Y a quienes nos rodean, les pedimos que valoren justamente nuestra situación.

Somos mujeres doblemente invisibles: cuidadoras que necesitamos ser cuidadas.

Y otras muestran esas consecuencias.

En unos casos de manera más directa.


Rutina diaria:
06:30h. Me despierto (aunque me cuesta horrores). Me visto, preparo un café y el desayuno de mi hijo.
06:50h. Despierto a mi hijo y comienza el periplo. Tiene que desayunar, vestirse... discutimos porque no se da prisa y es cuando comienza la carrera porque llegamos tarde al bus.
07:40h. Salimos de casa en coche hacia la parada del bus...intento llegar con tiempo para no tener que llevarlo hasta el instituto aunque a veces lo hacemos porque me gusta pasar ese rato con él.
08:00h. Vuelvo para casa, desayuno, paso al wc e intento recoger la casa o estudiar. Pero muchas veces lo tengo que dejar a medias porque me tengo que ir a hacer otros recados domésticos. La compra no se hace sola. Presentar los papeles del bono social tampoco.
10:30h. Hoy vuelvo a tener cita en el SEPECAM. Me informan de nuevos cursos de formación, pero una vez más no hay ofertas de trabajo de lo que estudié. Otro día habrá más suerte.
11:30h. Voy a colaborar con una asociación. Esto me ayuda a sentirme útil a pesar de estar en paro y a mejorar el mundo con mi pequeña aportación. Aunque, como no cotizo y no cobro un sueldo, parece que no vale nada este rato que invierto. Otros días intento seguir estudiando para mejorar mi CV.
12:30h. Hago la comida, pongo lavadoras o las recojo, plancho, limpio hasta las 14:30h que tengo un ratito
14:30h. Llevo a mi pareja a su trabajo, que está en la otra punta de la ciudad, porque solo podemos tener un vehículo... más trafico.
15:00h. Dejo a mi pareja en el trabajo y salgo volando a por mi hijo que sale del instituto y -menos mal- me pilla cerca del trabajo de mi pareja.
15:30h. Llegamos a casa. En el camino organizamos la tarde de tareas y estudio y le recuerdo que me voy a trabajar. Ponemos la mesa, comemos (siempre miro el reloj con la esperanza de que me dé tiempo a reposar un poco antes de irme)
16:15h. Me ha dado tiempo y puedo pararme.
16:45h. Me tomo un café corriendo porque me voy a "trabajar"
17:00h. Cojo el coche y me voy a "trabajar" dando clases particulares hasta las 19:00h. No cotizo pero así llevo algo de dinero a casa.
19:00h: Salgo de trabajar y me voy al supermercado a comprar la cena y si puedo la comida y la cena del próximo día y ahorrar tiempo, pero antes voy haciendo cálculos para repartir el dinero semanal. En este momento necesito parar a respirar. No me salen las cuentas para llegar a fin de mes.
20:30h. Llego a casa. Mi hijo está estudiando. Le recuerdo que tiene que recoger la merienda y colocar la compra. Después repaso con él las tareas del día. Mientras se ducha preparo la cena
21:30h. La cena está lista. Cenamos y comienza la charla del día. Le pregunto cómo ha ido la tarde. A veces discutimos, a veces nos reímos...
22:30h. Voy a recoger a mi pareja pero antes acompaño a mi hijo a la cama, le doy las buenas noches y le aviso de que voy a salir. Cojo el coche
23:00h. Recojo a mi pareja y nos contamos como ha ido el día.
23:30h. Por fin en casa... y tengo un rato para mí. Me tumbo, veo la TV y mientras me duermo en el sofá pienso: "42 años, otro día sin cotizar... ¡ya llegará mi momento!"

Para otro momento
Me gustaría avanzar en mi carrera profesional.

Tengo ganas, tengo talento y tengo ilusión por dedicarme a lo que me gusta.

Pero ahora me resulta imposible.

No puedo abandonar a quienes dependen de mí.

Es una carga emocional que asumo para que no me acusen de ser una mala madre, una mala hija o una mala compañera.

Mis sueños se quedan para otro momento.
¿Cuándo me cuido a mí?
Tengo que cuidar de mis hijos.

Tengo que trabajar para que podamos salir adelante.

Tengo que pagar la hipoteca, pagar los créditos, pagar la luz, el agua...

Tengo que estar disponible para mi familia.

Tengo que cumplir con muchas obligaciones.

Siempre estoy cuidando de todo y de todos.

Si no lo hiciera, todo se detendría.

Pero, ¿cuándo me cuido a mí misma? ¿Cuándo voy a dedicarme tiempo a mí?

En otros de forma más poética.


Al final del día

Al final del día las horas pesan sobre mis párpados
Rojizos y apagados, mis ojos reclaman descanso

Mi cerebro, agotado, exige que cese la llegada de datos
Y mi piel, dormida y agotada, acata el mandato de la razón

Cautivo y desarmado, la precariedad devora al amor  

Pero mi corazón protesta y no deja pasar la ocasión
Los afectos son para la vida lo que para la Tierra es el Sol

Un astro inerte en el vacío,
una sombra que vaga sin rumbo,
un pajarillo sin canción
Es la vida sin afectos, sin música, ni calor

Y así pasan los días discutiendo su contradicción:
entre lo que pide el cerebro y necesita el corazón.

Pero también hay esperanza.

Mujeres Fuertes
Mujeres guerreras que luchan contra las enfermedades de sus hijos, olvidan su propio cansancio físico y mental y miran de frente al miedo.

Mujeres que nunca se rinden ante nada, ni ante nadie. Que pelean contra el tiempo, que aplacan sus propias frustraciones, priorizan el bienestar colectivo y pelean por sacar a sus familias adelante.

Ellas, enfrentadas al techo de cristal creado por la sociedad por trabajar en casa, cargan sobre sus hombros el peso de llevar la economía y la estabilidad familiar.

Mujeres fuertes que pelean a diario.
Sororidad
¿Qué es SORORIDAD?

Es la solidaridad entre mujeres para defenderse, apoyarse y luchar contra la discriminación y los problemas compartidos por el hecho de ser mujeres.

Nos enseñan a competir y a ser rivales, pero cómplices y juntas somos más fuertes.

¡JUNTAS SOMOS MÁS!

Cada fotografía está acompañada de un texto que trata de provocar la reflexión en el público.

En esta última foto, Sororidad, se resume la esencia y los objetivos del proyecto. Y eso que fue la fotografía más espontánea de todas.

Estábamos en un céntrico bar de Puertollano, donde habíamos quedado con  una de las mujeres que posó para las fotografías.

Y enseguida se nos ocurrió la idea de hacer una fotografía conjunta animando a las mujeres que había en el bar a participar.

Eso provocó que pudiéramos conocernos y charlar brevemente. Y, lo más importante, reflexionar sobre lo necesaria que es la solidaridad y el apoyo mutuo. En definitiva, la sororidad.

El proceso

Para realizar esta exposición fotográfica lo primero que hicimos fue organizar las ideas en un documento de trabajo en el que también escribimos los borradores de los textos.

Documento de trabajo

Las imágenes están impresas sobre carteles de propaganda electoral antiguos. En la sede del PCE e IU de Puertollano guardan los materiales utilizados en el pasado.

Se nos ocurrió que era una buena idea volver a darles uso. De ese modo, también los reutilizábamos reduciendo así el impacto ambiental de la campaña.

Usamos los folletos y cartas electorales para pensar en cómo se iban a distribuir los elementos en los carteles y sobre qué medidas tenía que trabajar en Inkscape

A partir de ahí, diseñé este modelo con texto Lorem ipsum y esta fotografía de wikimedia commons.

Así es como quedarían los carteles

Y llegó el COVID-19…

El plan era inaugurar la exposición el día 8 de marzo de 2020.

Ese día celebramos una serie de actos públicos en el Paseo de San Gregorio de Puertollano. La mañana se presentó magnífica. Un sol espléndido y el recuerdo de la marcha feminista del año pasado que fue todo un éxito.

En el acto central, las fotografías vistieron el fondo de la Concha de la Música, el lugar en el que se leyeron poesías y se cantaron canciones a favor de la Igualdad.

Música y poesía por la Igualdad

Y por la tarde estuvimos participando en la manifestación provincial de 2020 en Ciudad Real capital.

De hecho, teníamos programados más actos en los días posteriores

Cartel realizado sobre una de mis fotografías de la marcha feminista de 2019 en Ciudad Real

Pero tuvimos que cancelarlos todos por responsabilidad y por prudencia.

Desde ese momento, todo cambió para todo el mundo.

No sé cuanta gente llegó a ver la exposición. Creo que muy poca. Una semana después de haberla inaugurado todos estábamos en casa haciendo el confinamiento para cumplir el objetivo común de evitar el colapso del sistema sanitario.

Una vez que las fases de la desescalada lo permitieron y me reincorporé a trabajar de nuevo en el Ayuntamiento, a las puertas del verano, aprovechamos para retirar la exposición y guardarla en la sede del partido.

Aún así, estoy muy orgulloso de haber participado en este trabajazo en equipo. Lo que reivindican estas fotos sigue siendo de actualidad. De hecho, si algo tenemos que aprender del COVID-19 es que es obligatorio cuidar a quienes nos cuidan.

Y que la igualdad hay que seguir reivindicándola. Siempre

Gracias a Iria y a Natalia, y a todas las mujeres que posaron para las fotos por hacer posible un proyecto tan bonito y necesario.

¡Gracias!